Ahora que el buen tiempo ha llegado para quedarse durante unos cuantos meses, nuestro cuerpo comienza a pedirnos una alimentación más ligera y sobre todo hidratación. Hoy queremos hablarte sobre las infusiones frías para el verano y sobre sus beneficios.
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Infusiones frías para los meses de calor
Lo habitual es tomarlas calientes, pero no por eso tienes que renunciar a ellas en verano. Disfruta de tus infusiones favoritas de forma refrescante, con hielo y en vaso de cristal. Además, es la manera perfecta de mantenernos hidratados si nos cuesta beber agua, sobre todo en estos meses de calor.
Las infusiones frías son el acompañante perfecto para el verano ya que nos ayudan a combatir el calor, nos quitan la sed y evitan la deshidratación. Si tu objetivo es refrescarte elige infusiones que contengan menta, cítricos o frutos rojos.
Otra ventaja de tomar infusiones frías es que no tenemos que preocuparnos por cuántas tomar al día, ya que aportan cero calorías, siempre y cuando no las acompañemos con azúcar. También ayudan a transportar el oxígeno y nos ofrecen vitaminas extra como la B, C y D y minerales como el potasio, magnesio, la niacina o el ácido fólico, que favorecen el estado de salud en diferentes niveles.
Algunas infusiones concretas, como el té verde, contienen aceites esenciales, los que aumentan el flujo de los jugos gástricos y que tiene como resultado una mejor digestión. Sus propiedades antioxidantes ayudan a frenar la vejez.
Consumir regularmente infusiones frías consigue mantener la piel hidratada y suave. Además, ayuda a quemar calorías gracias a la cafeína que integran algunos tipos de té frío, la cual acelera el metabolismo y hace que se quemen más calorías en menos cantidad de tiempo.
También combaten problemas como el estreñimiento o la retención de líquidos. El aumento de peso fomenta la retención de líquidos y el verano es la estación perfecta para intentar bajar de peso o de volumen, aprovechando que las comidas son más ligeras y que solemos tener menos apetito.
Las infusiones frías son un buen aliado para ello, ya que no solo nos aportarán cero calorías y aceleraran nuestro metabolismo, sino que también nos darán la sensación de saciedad.
Cada infusión aporta unos nutrientes diferentes al organismo, lo que dependerá del tipo de plantas que se utilicen para elaborar la infusión.
- Plantas aromáticas: la lavanda, el tomillo, la menta o la salvia. Ricas en esencia, y muestran una acción digestiva, antiséptica y expectorante de alto valor terapéutico.
- El apio, el anís, el hinojo o el comino: poder carminativo, digestivo y diurético.
- Frutos y bayas: el madroño, los arándanos, las endrinas, las ciruelas, moras y frambuesas, contienen pigmentos en su piel que ejercen una acción antioxidante y antiinflamatoria.
- Especias: la canela, el jengibre o la cúrcuma, son muy ricas en aceites esenciales y estas aportan efectos estimulantes, antisépticos y balsámicos.
